Como resido en un lugar muy visitado por los turistas conozco el tema de primera mano. A diario llegan visitantes que han realizado recorridos delirantes entre su origen y su destino. Confiar a ciegas en un navegador o en una ruta diseñada por un robot no es la mejor idea. Las máquinas están programadas por humanos y si no se pueden controlar todos lo criterios, algo aparentemente tan sencillo como ir de un punto A a un punto B puede resultar complicadillo . Si el programa asigna una determinada velocidad media a una carretera y ello no se corresponde con la realidad, el automovilista puede encontrarse con que el atajo que reduce la distancia un 20% ha de recorrerse a un 50% menos de velocidad, con lo cual el supuesto ahorro se convierte en desperdicio innecesario. Así pasa lo que pasa. Muchos viajeros me comentan que las carreteras para llegar a su destino son fatales y resulta que han ido desviándose todo el tiempo de la ruta adecuada y natural. Otros han viajado la mayor parte del t...
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