Estimado lector. Créame que sé de qué estoy hablando y por eso escribo para orientar a despistados. Seguir ciertas normas ayuda mucho a que las cosas salgan mejor. No tener un plan de acción implica que será la suerte la que decida nuestro destino; a veces incluso programando las cosas mal todo va bien, pero eso se debe al azar, del cual no debemos depender. A partir de hoy iré publicando algunos consejos que considero deben seguirse al pie de la letra.
Norma número uno. Parece de perogrullo pero hay que acatarla sin rechistar: No viajes nunca sin reserva previa de todas las noches de alojamiento del viaje. Para eso hay que tener muy claro cuándo salimos y cuando volvemos, junto con lo que haremos durante la estancia. No vale ir reservando noches sobre la marcha, que se pierde mucho tiempo.
Salir sin reserva produce problemas. De acuerdo en que hay veces en las que encontramos habitación a la primera, pero eso no es tan bueno como parece, pues no hemos podido comparar calidades ni precios. Casi siempre estaremos pagando más de la cuenta y recibiendo menos de lo que podríamos haber conseguido si hubiésemos reservado desde casa. Lo peor es cuando no hay nada disponible porque se trata de una fecha clave. Hombre, no podemos ser tan ingénuos como para pensar que justo en el sitio a donde vamos hay una habitación esperando por nosotros a un precio fabuloso; puedes parar en 40 hoteles y llamar a otros 40 y te entrará la desesperación. Puedes andar otros 40 kilómetros con el mismo resultado y echarás la culpa a todo menos a tu estupidez. Pero bueno ¿tanto trabajo te hubiera costado reservar desde casa? Luego nos arrepentiremos de haber perdido horas y horas buscando algo que no hay.
Complemento el consejo advirtiendo de algo que muchos desconocen. El peor precio posible de un hotel es el que nos dan en recepción. Por agencia siempre sale igual o más barato. Las agencias son los mejores clientes de los hoteles y ellas trabajan con mejores tarifas. Viajar sin reserva previa es de ignorantes y atrevidos. Próximamente otro consejito.
Norma número uno. Parece de perogrullo pero hay que acatarla sin rechistar: No viajes nunca sin reserva previa de todas las noches de alojamiento del viaje. Para eso hay que tener muy claro cuándo salimos y cuando volvemos, junto con lo que haremos durante la estancia. No vale ir reservando noches sobre la marcha, que se pierde mucho tiempo.
Salir sin reserva produce problemas. De acuerdo en que hay veces en las que encontramos habitación a la primera, pero eso no es tan bueno como parece, pues no hemos podido comparar calidades ni precios. Casi siempre estaremos pagando más de la cuenta y recibiendo menos de lo que podríamos haber conseguido si hubiésemos reservado desde casa. Lo peor es cuando no hay nada disponible porque se trata de una fecha clave. Hombre, no podemos ser tan ingénuos como para pensar que justo en el sitio a donde vamos hay una habitación esperando por nosotros a un precio fabuloso; puedes parar en 40 hoteles y llamar a otros 40 y te entrará la desesperación. Puedes andar otros 40 kilómetros con el mismo resultado y echarás la culpa a todo menos a tu estupidez. Pero bueno ¿tanto trabajo te hubiera costado reservar desde casa? Luego nos arrepentiremos de haber perdido horas y horas buscando algo que no hay.
Complemento el consejo advirtiendo de algo que muchos desconocen. El peor precio posible de un hotel es el que nos dan en recepción. Por agencia siempre sale igual o más barato. Las agencias son los mejores clientes de los hoteles y ellas trabajan con mejores tarifas. Viajar sin reserva previa es de ignorantes y atrevidos. Próximamente otro consejito.
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