Definiremos el paletismo urbano como una molesta dolencia de las que son víctimas (sin saberlo) todos aquellos que consideran que existe el paletismo rural, es decir, quienes consideran que los residentes en núcleos de poblacion rurales pertenecen a una casta cultural inferior sólo por vivir en una poblacion más pequeña que la suya.
Aquello de "dos paletos en Madrid" quizás tuvo mucha gracia en los 70 y las parodias de Esteso y La Charanga del tío Honorio hicieron el resto. Por supuesto que todavía quedan los que utilizan la expresión "de provincias" para referirse a todo núcleo de población más pequeño que Madrid
En pleno siglo XXI, con el ADSL y la telefonía móvil por doquier, junto con la televisión por cable, las diferencias entre vida rural y urbana son muy escasas. El típico paleto de las obras de teatro es historia y sin embargo hay ciudadanos que siguen empeñados en considerar que los residentes en el lugar donde va de vacaciones son meros comparsas de su vida, con una existencia privada de conocimiento.
Si bien un aldeano de los 60 en un entorno urbano podía meter la pata bastante, al estilo de Tarzán en Nueva York o Cocodrilo Dandee en una gran urbe, tal como lo hizo Julia Roberts en Pretty Woman, hoy los tiempos son muy distintos. Ojo porque para ello se escogía al más zoquete del pueblo, nunca al estudiante universitario.
Si bien un aldeano de los 60 en un entorno urbano podía meter la pata bastante, al estilo de Tarzán en Nueva York o Cocodrilo Dandee en una gran urbe, tal como lo hizo Julia Roberts en Pretty Woman, hoy los tiempos son muy distintos. Ojo porque para ello se escogía al más zoquete del pueblo, nunca al estudiante universitario.
Hoy en día tenemos hasta tribus suburbiales urbanas que se mueven en un mundo de subcultura bastante peligroso e incluso de eso hay en el medio rural, desde intelectuales hasta drogatas pasando por frikis e investigadores; la estructuración es muy parecida pero a pequeña escala, con sus gimnasios y sus supermercados. Obviamente el habitante medio de la gran urbe no acude tanto al teatro ni a los museos, que normalmente son visitados por gente de fuera.
Las conductas de los paletos urbanos son muy variopintas y presencio muchas de ellas a diario, tales como estacionar sus vehículos en pasos de peatones, esquinas, rotondas, vados permanentes, calles peatonales,etc, algo que normalmente no ocurre con la población local, más que nada porque a veces el turista se considera tan importante que se siente por encima de los demás y con derecho a todo, con la excusa de "es sólo un momento", sin darse cuenta de que diariamente cierto paso de peatones se encuentra cortado durante muchos minutos por muchos conductores diferentes y esa es la suma de muchos momentitos; el turista sólo piensa en sus cinco minutos y los peatones aguantan horas.
Es mucho más frecuente que el habitante rural se desenvuelva bien en el medio urbano que la inversa, por motivos claros, dado que generalmente debe acudir a la ciudad mientras que el urbanita puede pasar sin la zona rural.Mal vamos mientras se sigan usando expresiones como "de pueblo" o "de provincias", como si todo lo urbano y capitalino fuera el paradigma del refinamiento y la elegancia. Los humanos somos puro instinto básico con una capa de cultura que se cae enseguida al menor roce.Verlo todo desde un prisma urbano genera una concepción etnocéntrica muy perjudicial. La zona rural no es un parque temático para visitantes, plagada de seres inferiores, aborígenes salvajes que matan lobos por placer.Si el lector tiene algún prejuicio al respecto debería ponerse en el lugar de los demás, que son tan importantes como él. Los que hablan de masificación turística tendrían que considerar hasta qué punto se están deshumanizando las ciudades y si no sería el momento de limitar su crecimiento.
Las conductas de los paletos urbanos son muy variopintas y presencio muchas de ellas a diario, tales como estacionar sus vehículos en pasos de peatones, esquinas, rotondas, vados permanentes, calles peatonales,etc, algo que normalmente no ocurre con la población local, más que nada porque a veces el turista se considera tan importante que se siente por encima de los demás y con derecho a todo, con la excusa de "es sólo un momento", sin darse cuenta de que diariamente cierto paso de peatones se encuentra cortado durante muchos minutos por muchos conductores diferentes y esa es la suma de muchos momentitos; el turista sólo piensa en sus cinco minutos y los peatones aguantan horas.
Es mucho más frecuente que el habitante rural se desenvuelva bien en el medio urbano que la inversa, por motivos claros, dado que generalmente debe acudir a la ciudad mientras que el urbanita puede pasar sin la zona rural.Mal vamos mientras se sigan usando expresiones como "de pueblo" o "de provincias", como si todo lo urbano y capitalino fuera el paradigma del refinamiento y la elegancia. Los humanos somos puro instinto básico con una capa de cultura que se cae enseguida al menor roce.Verlo todo desde un prisma urbano genera una concepción etnocéntrica muy perjudicial. La zona rural no es un parque temático para visitantes, plagada de seres inferiores, aborígenes salvajes que matan lobos por placer.Si el lector tiene algún prejuicio al respecto debería ponerse en el lugar de los demás, que son tan importantes como él. Los que hablan de masificación turística tendrían que considerar hasta qué punto se están deshumanizando las ciudades y si no sería el momento de limitar su crecimiento.
Comentarios