La imagen corresponde al logotipo de la "Q" de calidad que durante estos años hemos visto aparecer en todo tipo de negocios e instalaciones dedicados al turismo. Se trata de un distintivo español que pretende diferenciar a los que siguen unas determinadas directrices de los demás. Teóricamente la "Q" garantiza la excelencia de un hotel, una agencia de viajes o incluso de una playa o una oficina de turismo. El problema es que el público no parece conocer la marca y los españoles que están enterados no parecen valorarla y por tanto la "Q" no influye nada a la hora de elegir un restaurante o un hotel. Lo mismo pasa con la norma ISO 9001, que hace presumir muy pco ante los consumidores.
Quizás el problema radique en que muchos establecimientos hosteleros han pretendido usar la marca de calidad como reclamo publicitario ante un público desconfiado por tradición. Sí es cierto que la implantación de sistemas de calidad turística ha supuesto una mejora pero no una garantía de que todo vaya a ser maravilloso en una playa o en un alojamiento. Hoy en día las fuentes de información abundan y las opiniones de anteriores consumidores son muy valoradas por los que frecuentan las webs que valoran hoteles y restaurantes.
A mi la Q y la ISO me dicen algo pero me temo que al 99% de los clientes no les influyen en las decisiones. Ahora el lector tiene la palabra.
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