La foto corresponde al peaje del túnel de Envalira que comunica Andorra con Francia. En invierno es conveniente pero en verano podemos pasar de él tranquilamente y ahorrarnos los cinco euros que cuesta para ir viendo el paisaje. No sólo evita el paso por el puerto sino también los atascos del Pas de la Casa, lo que también hay que tener en cuenta.
Inicialmente podemos prescindir de los peajes en recorridos de menos de dos horas, tipo Zaragoza-Logroño o León-Oviedo, pero en el contexto de un viaje de largo recorrido de costa a costa no es conveniente circular todo el tiempo por vías gratuitas, ya que se alarga el tiempo de viaje y se incrementan las posibilidades de sufrir un accidente con el cansancio acumulado.
En ocasiones las alternativas por nacional son poco rentables o incluso ruinosas, caso del tramo Bilbao-San Sebastián, que se puede hacer en 1 hora por autopista o en 2 por nacional, con el elevado gasto en combustible que conlleva alargar el viaje en el tiempo. Otra cosa es que resulte un tramo de elevado interés paisajístico entre San Sebastián y Elgoibar, pero lo que se ahorra en peaje se gasta en gasolina y frenos.
Algunos tramos como el Zaragoza-Fraga se convierten en un suplicio si optamos por la nacional porque casi se puede ir saltando de camión en camión sin pisar la carretera, dada la elevada intensidad de tráfico pesado.
Las carreteras nacionales son todo un espectáculo para el que viaja por placer pero un cierto agobio para el que lo hace por necesidad y en viajes que superen los 500 km, así que considero conveniente gastar un dinerillo en seguridad y comodidad, elevando las velocidades medias y llegando cuanto antes a destino.
Para un viajero que se desplace de Madrid a Valladolid puede haber un interesante ahorro si opta por el puerto de Guadarrama o por el peaje más barato vía Segovia, pero si el conductor viaja entre Sevilla y Santander en el día la cosa no compensa nada y los gastos del único peaje del viaje no le van a arruinar el presupuesto.
Otra cosa sucede si todo el viaje se compone casi exclusivamente de peajes, al estilo de Gerona-Murcia, con un coste de más de 30 euros o Bilbao-Zaragoza, donde nos plantamos en 25. Las nacionales alargan enormemente el viaje pero con ese dinero temos para la comida de dos personas si no hay excesiva prisa. Para el viajero que va desde Salamanca a Barcelona no conviene circular por nacional entre Burgos y Logroño y/o entre Logroño y Lleida porque llegará hecho polvo a destino.
En Francia hay algunos tramos de nacional que sí compensan de largo, como el Burdeos-Poitiers por la nacional 10, casi completamente desdoblada y que garantiza velocidades medias de 100 km/h, con un ahorro de 22 euros y sólo 10 minutos más de viaje al ser el recorrido mucho más corto, pero la cosa empeora cuando se trata de nacionales transversales de Este a Oeste.
Hay peajes raros como el que nos encontramos circulando entre Vitoria y Pamplona, que se halla tan cerca de Pamplona como para no tomarlo si nuestro destino ya está en esa ciudad.
Otros peajes son una verdadera tortura como los que nos encontramos en la autopista Behobia-Bayona, que nos obligan a detenernos tres veces en 30 km cuando nos dirigimos a París, siendo la alternativa por nacional una verdadera vía urbana muy lenta.
Mención especial merecen los peajes portugueses, donde no podremos pagar con Visa y que sin embargo ofrecen la ventaja de que casi puedes cruzar el país con un único ticket sin parar cada rato como ocurren entre Barcelona y Valencia.
A ver cuándo salen en España sistemas como los de Suiza o Austria, con un único pago anual a cambio de una pegatina que permite circular por todas las autopistas; sería un buen modo de que los transportistas ahorraran dinero y se liberara a las nacionales de camiones.
El autor agradecerá los comentarios de los lectores con sus experiencias personales.
Comentarios