Como vivo en un lugar muy visitado todo el año por gente de todas las procedencias he asistido durante estos años al curioso fenómeno de la sustitución de los mapas en papel por los navegadores para coche. De aquello de parar a preguntar se ha pasado a no hacer caso a nadie porque se supone que el aparatejo que hemos comprado en el supermercado es la Biblia y además sus dictados se suponen infalibles, por lo menos hasta que llevamos el primer disgusto.
Sea por lo que sea, lo curioso que en la zona de los Picos de Europa hay muchos automovilistas que nos llegan quejándose de los malos accesos y al preguntarles por la ruta que han seguido nos informan que han tenido que pasar puertos de montaña y carreteras estrechas, cuando lo lógico es acceder por la N-634 de toda la vida. Según dicen ellos lo hacen porque se lo indica el navegador, a pesar de que en el momento en que reciben la orden la señalización vertical de la carretera no coincide.
Así, es muy posible que un coche que viaje desde Oviedo a Cangas de Onís lo haga primero por la autovía de la costa hasta Colunga y suba después el divertido puerto del Fito, todo un estúpido rodeo. En ocasiones se le manda continuar por la autovía hasta Ribadesella y luego coger la nacional, con lo que tardará casi 20 minutos más que por la nacional de siempre. Para rematar la faena, incluso en el caso en que el vehículo transite por la nacional, antes de llegar a Arriondas se le ordena tomar una carretera rural llena de curvas complicadas, de modo que el conductor abandona su camino sin que un panel coincida con las instrucciones que se le dan desde el aparatito.
Llevar un navegador puede estar muy bien pero un mapa actualizado es imprescindible. Lógicamente no conviene hacer caso al ingenio si las indicaciones viales no son coincidentes. Mientras escribo esto hay miles de conductores equivocándose por seguir a ciegas a su navegador. Hace poco que unos turistas me discutían su utilidad y tras hacerles ver que habían recorrido kilómetros de más y que la ruta del día siguiente pasaría por una pista forestal casi se enfadan conmigo.
El navegador no puede sustituir totalmente al proceso mental de planificación de viaje con una imagen clara de dónde están las cosas, lo cual arregla un mapa de menos de 10 euros.
En la imagen podemos ver algunas de las rutas propuestas por algunos navegadores, señaladas en rojo. Por cierto que cada vez que he querido probar uno en un centro comercial me he encontrado con que según ellos no hay señal. Vaya, vaya.
Por el momento no me fio un pelo de los navegadores a no ser para buscar una dirección concreta en una ciudad. A ver si alguien se anima a prestarme uno para escribir sobre él, que de momento no pienso gastar un duro en navegadores habiendo mapas tan baratos y que encima me proporcionan una representación inmejorable de la ruta.
Comentarios
Para hacer turismo mucho mejor el mapa de toda la vida y bastante más barato.