A un hotel se va a eso, a dormir bien y no a admirar las bonitas recepciones ni la decoración de los pasillos. En una habitación debe haber un buen baño y una cama mejor. No nos vale que nos pongan teles de plasma de 400 euros y que el colchón haya valido la mitad. Queremos que en el dormitorio los colchones nos hagan descansar y no sufrir.
Algunas grandes cadenas hoteleras se han dado cuenta de que uno no busca sentirse como en casa sino mejor, por lo que se han puesto manos a la obra y han creado sus propias camas para que el huesped duerma como un gato, agustito y relajado, de modo que luego se levante relajado y dispuesto a vivir con intensidad un nuevo día.
El grupo Starwood lanzó hace años su "heavenly bed", es decir, su cama celestial. Ahora Sofitel equipa sus nuevos hoteles con la llamada "Sobed", otro producto encaminado a ofrecer un descanso inigualable. Esperemos que las cadenas españolas tomen nota y hagan algo parecido.
Lo de arriba es la Sobed de Sofitel y llama poderosamente la atención porque no les basta con el canapé acolchado sino que la complejidad del conjunto parece una obra de arte de la lencería de cama. Igualmente está a la venta aunque a precios exagerados.
A ver cuándo AC, NH o Melíà pueden presumir de lo mismo, que ya va siendo hora.
Algunas grandes cadenas hoteleras se han dado cuenta de que uno no busca sentirse como en casa sino mejor, por lo que se han puesto manos a la obra y han creado sus propias camas para que el huesped duerma como un gato, agustito y relajado, de modo que luego se levante relajado y dispuesto a vivir con intensidad un nuevo día.
El grupo Starwood lanzó hace años su "heavenly bed", es decir, su cama celestial. Ahora Sofitel equipa sus nuevos hoteles con la llamada "Sobed", otro producto encaminado a ofrecer un descanso inigualable. Esperemos que las cadenas españolas tomen nota y hagan algo parecido.
En la foto de arriba sale la Heavenly Bed de Starwood, que encontraremos en los hoteles Sheraton. Almohadas por todos lados y tejidos de primera calidad con un roce suave como la seda. Por cierto que también la venden a quien pueda pagarla. Los precios son algo disparatados.
Lo de arriba es la Sobed de Sofitel y llama poderosamente la atención porque no les basta con el canapé acolchado sino que la complejidad del conjunto parece una obra de arte de la lencería de cama. Igualmente está a la venta aunque a precios exagerados.
A ver cuándo AC, NH o Melíà pueden presumir de lo mismo, que ya va siendo hora.
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