Como no voy a descubrir nada nuevo para los que ya conocen este excelente complejo vacacional, me dirigiré a los que no tienen en sus planes conocer Marina D'Or. De hecho ni yo mismo lo tenía previsto, pero siempre hay que dejarse sorprender y en este caso muy positivamente. Marina D'Or se encuentra justo al lado del casco urbano de Oropesa del Mar y puede disfrutarse incluso gratis, sin falta de alojarse o comer allí, cosa que sale a muy buen precio si queremos quedarnos unos días. En primer lugar hay algo que ya justifica la visita de por sí; se trata de los fabulosos jardines en primera línea de mar, que proporcionan un paseo delicioso, con pavos reales a su aire y estanques llenos de peces. Por un momento parece que estás en el Parque Güell pero gratis. La extensión de los jardines es considerable y la gente sale de allí con docenas de fotos en sus cámaras y móviles. El lugar es muy romántico y la ambientación exquisita. Lo que en otros lugares sería una colección de chiringuitos aquí es un desparrame de belleza ideal para pasear con toda comodidad. Y si se nos queda pequeño todavía tenemos un paseo marítimo larguísimo hacia el norte, ideal para ponerse en forma andando o corriendo.
Hay que agradecer que Marina D'Or no se haya limitado a construir hoteles y apartamentos sino que ha convertido un espacio turístico en zona amigable para las familias, donde la seguridad máxima es la norma y la tranquilidad está garantizada.
Marina D'Or es una especie de Las Vegas para menores, con todas las ventajas de ocio pero sin ninguno de los inconvenientes. El lugar está muy bien pensado para que el viajero se encuentre cómodo, con abundantes aparcamientos gratuitos, aceras muy anchas, numerosos pasos de peatones y un arbolado que produzca conveniente sombra en los lugares de descanso.
El conjunto de los jardines abarca medio millón de metros cuadrados con fauna de los cinco contientes y además es completamente gratis para todo el mundo. Justo al lado hay dónde comer y tomar algo con variedad de oferta, buenos precios y mucha competencia. Incluso se puede comer en el buffet libre de los hoteles a precios ajustados.
Curiosamente también se puede disfrutar de la cabalgata nocturna sin pagar nada y para que los niños se lo pasen de cine hay parques expresamente pensados para ellos, de pago pero con tarifas muy bajas y que salen infinitamente más baratos que unas pocas fichas en una feria de atracciones covencional.
Por supuesto que todo está inmaculadamente limpio y puedes pasear a las cuatro de la mañana con toda tranquilidad. Nada que ver con otros lugares en los que tienes que andar esquivando borrachos o espantando relaciones públicas.
Quienes no tenían pensado acercarse por ahí deberían reconsiderar su postura, incluso si no tienen niños, porque se trata de una nueva experiencia turística relajante y muy gratificante.
Hay que agradecer que Marina D'Or no se haya limitado a construir hoteles y apartamentos sino que ha convertido un espacio turístico en zona amigable para las familias, donde la seguridad máxima es la norma y la tranquilidad está garantizada.
Marina D'Or es una especie de Las Vegas para menores, con todas las ventajas de ocio pero sin ninguno de los inconvenientes. El lugar está muy bien pensado para que el viajero se encuentre cómodo, con abundantes aparcamientos gratuitos, aceras muy anchas, numerosos pasos de peatones y un arbolado que produzca conveniente sombra en los lugares de descanso.
El conjunto de los jardines abarca medio millón de metros cuadrados con fauna de los cinco contientes y además es completamente gratis para todo el mundo. Justo al lado hay dónde comer y tomar algo con variedad de oferta, buenos precios y mucha competencia. Incluso se puede comer en el buffet libre de los hoteles a precios ajustados.
Curiosamente también se puede disfrutar de la cabalgata nocturna sin pagar nada y para que los niños se lo pasen de cine hay parques expresamente pensados para ellos, de pago pero con tarifas muy bajas y que salen infinitamente más baratos que unas pocas fichas en una feria de atracciones covencional.
Por supuesto que todo está inmaculadamente limpio y puedes pasear a las cuatro de la mañana con toda tranquilidad. Nada que ver con otros lugares en los que tienes que andar esquivando borrachos o espantando relaciones públicas.
Quienes no tenían pensado acercarse por ahí deberían reconsiderar su postura, incluso si no tienen niños, porque se trata de una nueva experiencia turística relajante y muy gratificante.
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