Pues sí señor. No está la cosa como para mandar dinero a otros paises. Voy a tener que ponerme serio porque la situación exige que todos seamos solidarios.
En España hay varios miles de institutos de secundaria y también muchos centros privados o concertados que imparten las mismas enseñanzas. Antiguamente el viaje de fin de curso o de estudios se realizaba en tercero de BUP y ahora mayoritariamente se hace en primero de Bachillerato aunque también lo disfrutan muchos alumos de cuarto de ESO. Calculo que este año serán unos cien mil alumnos españoles los que se vayan de viaje por ahí. Si calculamos un gasto medio por alumno de unos 500 euros, nos sale la friolera de cincuenta millones de euros que mejor se quedarían en territorio español para generar empleo, mantener puestos de trabajo y crear beneficios en los negocios turísticos que nos dan de comer. No vamos a acabar con la crisis ni terminar con el paro pero sí pondremos algo de nuestra parte para que nuestro dinero genere prosperidad en un país que sufre.
Ya sé que con los vuelos de bajo coste hoy en día los centros de enseñanza media pueden acceder a destinos antes poco asequibles; las distancias han menguado y se tarda menos en avión de Madrid a Milán que de Burgos a Madrid en autobús, incluso pagando menos. No obstante, también hay vuelos baratos dentro del territorio nacional.
El viaje de estudios es algo así como un rito de paso que lleva a los chavales de la adolescencia a la edad adulta. Cuando tuve la oportunidad de ir como alumno la desaproveché, pero como profesor he asistido a diez de estos viajes con chavales de diversas edades, por lo que hablo con conocimiento de causa.
Lo ideal es que los centros de enseñanza ofrezcan al alumnado viajes muy democráticos que no penalicen a nadie por motivos de coste. Con 225 euros por barba organicé uno el año pasado incluyendo avión de ida y vuelta y cinco noches de hotel, más cuatro excursiones, pero se puede gastar algo menos, aunque no mucho menos. No es de recibo que existan viajes de mil euros por alumno a no ser que el poder adquisitivo del alumnado ande por las nubes, cosa que en los centros públicos es poco creíble.
Los gustos de los chavales de 17 años suelen decantarse por destinos cuanto más lejanos mejor o con mucha movida. Es bastante sospechoso que incluyan Holanda en sus preferencias, cuando no son precisamente los tulipanes o los canales lo que atrae a los chicos por esos lares. Los viajes a Italia son conocidos por el éxito que cosechan las alumnas españolas entre los buitres italianos expertos en viajes de estudios.
Curiosamente también hay centros que cambian de destino anualmente en función de los gustos del profesor acompañante, eligiendo lugares que esa persona aún no conozca. Yo soy de los que prefiere repetir lo conocido si da buen resultado, caso del destino Cataluña.
Ahora mismo son unos valientes los que acompañan a los viajes de estudios, tal y como va la vida. Es una labor de 24 horas diarias durante una semana y no te lo va a agradecer nadie; si acaso te pueden criticar pero casi nunca elogiar.
Con todo, este año serán muchos los miles de casi adultos los que se gastarán el dinero de sus padres en hoteles, desplazamientos, compras, actividades, etc. Los 50 millones que he mencionado son pocos porque los gastos extras pueden elevar la factura al doble.
Si usted es padre o madre de alumno con viaje escolar en ciernes, hágase a la idea de lo que comento. Si usted es profesor, me entenderá perfectamente. Es muy probable que sea cual sea el destino elegido haya alumnos que ya lo conozcan, pero no por eso hay que acabar necesariamente en Hungría o en Malta. Total, los chavales quieren pasarlo bien y eso lo pueden hacer en Tenerife, Lloret de Mar, Madrid, Picos de Europa o Pirineos en lugar de Sicilia, Cerdeña o Creta.
Por cierto que aunque parezca inverosímil sí existen profesores que consiguen mantener a raya el consumo de alcohol durante todo un viaje, lo cual tiene mérito y doy fé de que tales viajes existen. En general, los viajes están cada vez más controlados y las relaciones con desconocidos escasean, quedando todo dentro del grupo.
Insisto, este año mejor nos quedamos en España que destinos chulos no faltan. Tenemos mar y montaña, mucha historia y una movida inmejorable, por no hablar de precios competitivos.
Y el que quiera hacer su viaje escolar por Asturias y Cantabria puede contar con mi colaboración, ya que tengo información privilegiada de primera mano.
España necesita dinero y no lo podemos enviar al extranjero alegremente.
En España hay varios miles de institutos de secundaria y también muchos centros privados o concertados que imparten las mismas enseñanzas. Antiguamente el viaje de fin de curso o de estudios se realizaba en tercero de BUP y ahora mayoritariamente se hace en primero de Bachillerato aunque también lo disfrutan muchos alumos de cuarto de ESO. Calculo que este año serán unos cien mil alumnos españoles los que se vayan de viaje por ahí. Si calculamos un gasto medio por alumno de unos 500 euros, nos sale la friolera de cincuenta millones de euros que mejor se quedarían en territorio español para generar empleo, mantener puestos de trabajo y crear beneficios en los negocios turísticos que nos dan de comer. No vamos a acabar con la crisis ni terminar con el paro pero sí pondremos algo de nuestra parte para que nuestro dinero genere prosperidad en un país que sufre.
Ya sé que con los vuelos de bajo coste hoy en día los centros de enseñanza media pueden acceder a destinos antes poco asequibles; las distancias han menguado y se tarda menos en avión de Madrid a Milán que de Burgos a Madrid en autobús, incluso pagando menos. No obstante, también hay vuelos baratos dentro del territorio nacional.
El viaje de estudios es algo así como un rito de paso que lleva a los chavales de la adolescencia a la edad adulta. Cuando tuve la oportunidad de ir como alumno la desaproveché, pero como profesor he asistido a diez de estos viajes con chavales de diversas edades, por lo que hablo con conocimiento de causa.
Lo ideal es que los centros de enseñanza ofrezcan al alumnado viajes muy democráticos que no penalicen a nadie por motivos de coste. Con 225 euros por barba organicé uno el año pasado incluyendo avión de ida y vuelta y cinco noches de hotel, más cuatro excursiones, pero se puede gastar algo menos, aunque no mucho menos. No es de recibo que existan viajes de mil euros por alumno a no ser que el poder adquisitivo del alumnado ande por las nubes, cosa que en los centros públicos es poco creíble.
Los gustos de los chavales de 17 años suelen decantarse por destinos cuanto más lejanos mejor o con mucha movida. Es bastante sospechoso que incluyan Holanda en sus preferencias, cuando no son precisamente los tulipanes o los canales lo que atrae a los chicos por esos lares. Los viajes a Italia son conocidos por el éxito que cosechan las alumnas españolas entre los buitres italianos expertos en viajes de estudios.
Curiosamente también hay centros que cambian de destino anualmente en función de los gustos del profesor acompañante, eligiendo lugares que esa persona aún no conozca. Yo soy de los que prefiere repetir lo conocido si da buen resultado, caso del destino Cataluña.
Ahora mismo son unos valientes los que acompañan a los viajes de estudios, tal y como va la vida. Es una labor de 24 horas diarias durante una semana y no te lo va a agradecer nadie; si acaso te pueden criticar pero casi nunca elogiar.
Con todo, este año serán muchos los miles de casi adultos los que se gastarán el dinero de sus padres en hoteles, desplazamientos, compras, actividades, etc. Los 50 millones que he mencionado son pocos porque los gastos extras pueden elevar la factura al doble.
Si usted es padre o madre de alumno con viaje escolar en ciernes, hágase a la idea de lo que comento. Si usted es profesor, me entenderá perfectamente. Es muy probable que sea cual sea el destino elegido haya alumnos que ya lo conozcan, pero no por eso hay que acabar necesariamente en Hungría o en Malta. Total, los chavales quieren pasarlo bien y eso lo pueden hacer en Tenerife, Lloret de Mar, Madrid, Picos de Europa o Pirineos en lugar de Sicilia, Cerdeña o Creta.
Por cierto que aunque parezca inverosímil sí existen profesores que consiguen mantener a raya el consumo de alcohol durante todo un viaje, lo cual tiene mérito y doy fé de que tales viajes existen. En general, los viajes están cada vez más controlados y las relaciones con desconocidos escasean, quedando todo dentro del grupo.
Insisto, este año mejor nos quedamos en España que destinos chulos no faltan. Tenemos mar y montaña, mucha historia y una movida inmejorable, por no hablar de precios competitivos.
Y el que quiera hacer su viaje escolar por Asturias y Cantabria puede contar con mi colaboración, ya que tengo información privilegiada de primera mano.
España necesita dinero y no lo podemos enviar al extranjero alegremente.
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