Sí, ya sé que la foto no hace justicia al pueblo pero es que no tenía otra mejor.
Poco voy a añadir que no se sepa sobre Mijas, esa localidad malagueña tan conocida. Sí quiero dejar claro que la experiencia de visita al pueblo es de las mejores que se puedan experimentar a nivel europeo. Mijas es un pueblo de interior con vistas al mar y el municipio incluso cuenta con una zona costera. Lo que más se visita es el núcleo de población que se encuentra en la ladera de la montaña y ahí empieza lo bueno. Para empezar, los visitante disfrutan de un enorme parking cubierto al precio de un euro diario, con lo que la tarea del turista se simplifica enormemente. También se puede subir en transporte público, obviamente, pero esta comodidad es de agradecer, sobre todo teniendo en cuenta que numerosos pueblos turísticos españoles carecen de aparcamiento (por ejemplo Cudillero y Lastres en Asturias) mientras que otros lo cobran más bien caro, caso de Cadaqués en Gerona.
Mi recomendación es ir por la tarde y disfrutar de las vistas con menos gente y más ambiente local. Los paseos están llenos de rincones deliciosos y cada esquina oculta una sorpresa agradable. Mijas es un ejemplo de turismo de alta calidad a costes muy bajos para el turista. Los alcaldes de toda España deberían pasar por allí y tomar nota de cómo se hacen bien las cosas. Si a ello añadimos que el carácter de los habitantes es encantador, el cóctel resulta insuperable.
Más allá de la Costa del Sol basada en interminables urbanizaciones y enormes hoteles, Mijas conserva el glamour de la sencillez y es de esos lugares donde apetece vivir.
Por cierto que desde Mijas tenemos una carretera de montaña que permite llegar a Ronda por la Andalucía más auténtica. Me gusta llegar a Mijas desde Benalmádena pueblo sin pasar por Fuengirola.
Un buen detalle del pueblo es la visita a un museo etnográfico muy completo a cambio de un euro, otro puntazo a tener en cuenta.
Para rematar la faena, una visita a la oficina municipal de turismo nos descubre que está a cargo de profesionales que saben muy bien lo que hacen y no está atendida por los típicos machacas con ganas de despachar a la gente.
Hay sitios que dejan ganas de volver y Mijas es uno de ellos.
Poco voy a añadir que no se sepa sobre Mijas, esa localidad malagueña tan conocida. Sí quiero dejar claro que la experiencia de visita al pueblo es de las mejores que se puedan experimentar a nivel europeo. Mijas es un pueblo de interior con vistas al mar y el municipio incluso cuenta con una zona costera. Lo que más se visita es el núcleo de población que se encuentra en la ladera de la montaña y ahí empieza lo bueno. Para empezar, los visitante disfrutan de un enorme parking cubierto al precio de un euro diario, con lo que la tarea del turista se simplifica enormemente. También se puede subir en transporte público, obviamente, pero esta comodidad es de agradecer, sobre todo teniendo en cuenta que numerosos pueblos turísticos españoles carecen de aparcamiento (por ejemplo Cudillero y Lastres en Asturias) mientras que otros lo cobran más bien caro, caso de Cadaqués en Gerona.
Mi recomendación es ir por la tarde y disfrutar de las vistas con menos gente y más ambiente local. Los paseos están llenos de rincones deliciosos y cada esquina oculta una sorpresa agradable. Mijas es un ejemplo de turismo de alta calidad a costes muy bajos para el turista. Los alcaldes de toda España deberían pasar por allí y tomar nota de cómo se hacen bien las cosas. Si a ello añadimos que el carácter de los habitantes es encantador, el cóctel resulta insuperable.
Más allá de la Costa del Sol basada en interminables urbanizaciones y enormes hoteles, Mijas conserva el glamour de la sencillez y es de esos lugares donde apetece vivir.
Por cierto que desde Mijas tenemos una carretera de montaña que permite llegar a Ronda por la Andalucía más auténtica. Me gusta llegar a Mijas desde Benalmádena pueblo sin pasar por Fuengirola.
Un buen detalle del pueblo es la visita a un museo etnográfico muy completo a cambio de un euro, otro puntazo a tener en cuenta.
Para rematar la faena, una visita a la oficina municipal de turismo nos descubre que está a cargo de profesionales que saben muy bien lo que hacen y no está atendida por los típicos machacas con ganas de despachar a la gente.
Hay sitios que dejan ganas de volver y Mijas es uno de ellos.
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